En un momento que quedará marcado en la historia de la Iglesia, el cardenal estadounidense-peruano Robert Francis Prevost fue elegido Papa el pasado 8 de mayo y ha asumido el nombre de León XIV. Su elección no solo representa una continuidad espiritual con el pontificado del Papa Francisco, sino que introduce una figura pastoral con amplia experiencia misionera en América Latina y una sólida formación religiosa desde la tradición agustiniana.
Una elección histórica y significativa
A las 18:07, la tradicional fumata blanca que emergió de la Capilla Sixtina confirmó lo que millones de fieles esperaban con expectativa: la elección de un nuevo Papa. Una hora más tarde, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunció el esperado anuncio: “Habemus Papam”.
Ante una Plaza de San Pedro colmada de peregrinos, apareció el nuevo pontífice. Sereno, conmovido y sonriente, dirigió sus primeras palabras al mundo:
“Recen por mí, y recen con alegría. Caminemos juntos como hermanos, con fe en Jesucristo y corazón abierto a todos”.
¿Quién es León XIV?
Nacido en Chicago en 1955, Robert Prevost es miembro de la Orden de San Agustín y ha vivido gran parte de su vida en Perú, donde ejerció como misionero, formador y obispo. Fue prior general de los agustinos durante doce años y, en 2015, el Papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo. En 2023, fue convocado a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las responsabilidades más importantes en la estructura vaticana.
Prevost es políglota, profundamente pastoral y reconocido por su cercanía al pueblo y su apertura al diálogo con otras culturas y religiones. Su elección representa un símbolo de unidad entre el Norte y el Sur global, y una apuesta por continuar un camino de sinodalidad, escucha y reforma.
Primeros gestos y prioridades
Durante su primer mensaje público, León XIV expresó su deseo de una Iglesia “misericordiosa, sencilla y fraterna” y recordó a su “amada tierra del Perú”, saludando en español a las comunidades con las que compartió décadas de vida. También hizo un fuerte llamado a la paz mundial, pidiendo el fin de la violencia en Ucrania y Gaza, y clamó por la protección de los más pobres y de la creación.
Este domingo, en el rezo del Regina Coeli, exhortó especialmente a los jóvenes a no tener miedo de responder a la vocación sacerdotal o religiosa, señalando que “la Iglesia necesita el entusiasmo, la creatividad y la valentía de las nuevas generaciones”.
Reacciones y repercusiones globales
La elección de León XIV ha sido recibida con entusiasmo en América Latina, especialmente en Perú, donde fieles y autoridades destacaron su calidad humana y su profundo conocimiento de las realidades sociales del continente. En Estados Unidos, su país natal, medios y representantes católicos celebraron que un hijo del país asuma la máxima responsabilidad espiritual de la Iglesia.