Este domingo 25 de mayo, el Papa León XIV presidió por primera vez la oración del Regina Coeli desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano. Ante una multitud de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice reflexionó sobre la presencia del Espíritu Santo en la vida cotidiana y exhortó a los creyentes a ser «templos vivos del Señor», llevando su amor especialmente a los pobres, los pequeños y los que sufren.
En su mensaje, León XIV recordó que, aunque a veces nos sintamos insuficientes, debemos confiar en la misericordia del Señor, quien nos ha donado el Espíritu Santo para guiarnos y enseñarnos. El Papa destacó la importancia de reconocer que cada hermano es morada de Dios y que su presencia se revela especialmente en los más necesitados.
El Pontífice también hizo un llamado a la comunidad internacional para que cese el uso de las armas y se busquen caminos de diálogo y reconciliación. «La guerra nunca es inevitable», afirmó, instando a los líderes mundiales a trabajar por la paz y la unidad.
Este Regina Coeli marca el inicio de un pontificado que, desde sus primeros días, ha mostrado un fuerte compromiso con la paz, la justicia social y la cercanía a los más vulnerables. León XIV, originario de Estados Unidos y naturalizado peruano, es el primer Papa de la Orden de San Agustín y el primer pontífice anglófono desde Adriano IV. Su elección representa una continuidad en la línea pastoral de sus predecesores, con un enfoque renovado en los desafíos contemporáneos.